jueves, 28 de junio de 2012

THE RIO TINTO Co., Ltd (XXVII)


                                                       
No sería justo negarse a reconocer que ese “desembarco” a que se hace referencia en la página anterior, era tan novedoso y a más sus resultados,  que significaron la irrupción de las Minas, en la época de la llamada Revolución Industrial,  aunque ésta le llegase de manos foráneas, junto con lo positivo y negativo inherentes  a la misma.

Asombroso debió ser, para los habitantes de la zona minera, asistir al cambio  en el  transporte del mineral  extraído,   hasta entonces,   a lomos de reatas de caballerías,  por trenes arrastrados con máquinas de vapor.
No sólo fue un éxito para quienes diseñaron y ejecutaron una obra civil que comprendían caminos de hierro con una longitud de 84 Kms desde Huelva a Rio Tinto, sin contar la extensión que desde la misma capital tendía su brazo al muelle  y  se prolongarían, en los primeros años del siglo XX llevando sus ramales a las poblaciones de Nerva y Zalamea.
El ferrocarril se comenzó a construir por dos extremos diferentes y las dificultades surgidas, ya fuesen derivadas de la expropiación que la Compañía debía afrontar como indemnizaciones  a los diferentes propietarios de terrenos, y también, a nivelación de los mismos, túneles necesarios para vadear arroyos, puntos de tomas de agua y carboneo, etc,  y el propio rio Tinto, tuvieron que ser resueltas a veces con ingeniosa rapidez.

El asunto de las expropiaciones requería, en muchos casos, los servicios del abogado de la Compañía en Huelva. D. José M. Parejo, obligándole a pleitear con los dueños de terrenos por los que debían discurrir el tendido férreo, no conformes ellos,  con las indemnizaciones que se negociaban. En tales casos, los trabajos continuaban en las fincas,  sin perjuicio de acatar  posteriormente, las sentencias dictadas por los tribunales competentes,  siempre considerando  la legalidad que la Venta de las Minas determinaba para a   la expropiación de referencia.

La finalización del proyecto insufló un orgullo difícil de disimular por los dirigentes, e incluso los esforzados trabajadores que, lógicamente, consideraban el peso de su parte en un trabajo que se había terminado apenas dos años antes, del tiempo presupuestado. Así el recorrido inicial del ferrocarril de la Compañía de Rio Tinto se efectuó el 24 de Julio de 1875.
Nadie podía prever, la importancia que tendría el ferrocarril que se asentó durante 90 años entre Huelva y Minas de Rio Tinto, el cual  transportó en el transcurso de esos años 130 millones de Tons de mineral y dos millones de cobre metal, sin contabilizar las ingentes cantidades de carbón, madera, alimentos y variados productos necesarios en el establecimiento minero.

Protagonista fue, en “acercar” desde Huelva hasta Rio Tinto, al Rey D. Alfonso XII que acompañado por altos Oficiales y funcionarios del Gobierno, atendiendo una invitación del Presidente de la Compañía, Mr. Matheson, giró visita a las Minas el 2 de Marzo de 1882 de cuya amplia reseña nos la dieron a conocer, D. Braulio Santamaría y la carta que dos días después de la visita, la relataba a su hija mayor, el propio Matheson.

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