viernes, 1 de junio de 2012

Sobre Rio Tinto (I)

Desde el principio entendí que el foro se abrió para exponer en él diferentes casos y cosas de Rio Tinto, incluida su historia, tema éste último que algunos hemos aprovechado para aprender atrayentes narraciones de un pasado que protagonizaron nuestros mayores.

Comprendiendo, además, que un foro se enriquece con todo tipo de intervenciones, siempre que las mismas que a él acuden sean respetuosas y, con idénticas condiciones debatidas, parece claro que aún admitiendo esto, la intención prevalente fue todo lo que a dicho lugar concernía.

En línea con lo que antecede y, asumiendo mi propio desconocimiento, he procurado desde tiempo, inclinar mi atención, como cualquiera de nosotros, a escudriñar sucesos y personajes que conformaron el devenir de tan entrañable tierra. No es de extrañar, pues, que donde quiera hallare alguna mención a ella, la vista quedase detenida, sin escatimar tiempo. Esto ocurrió, cuando la ocasión propició la lectura del libro, “DESCUBRO Y DENUNCIO” (Editorial Plaza y Janés, -1984- cuyo autor es el aragonés, Eliseo Bayo) y donde en sus páginas 259 a 261 se cita, en más de media docena de veces, la denominación de Rio Tinto, no como toponímico, pero sí utilizando su denominación para relacionarlo con Empresas y personajes que, en diferentes épocas gestionaron las Minas y/o sus intereses, comúnmente interrelacionados con el negocio minero.

Si sorpresivo fue el hallazgo, no menos sorprendente su contenido, ya que recordando la ilustre identidad que en diferentes escritos y libros, a ellos se les reconoce, incluso a nivel internacional, contrasta con lo plasmado en este otro volumen que vierte las conclusiones del investigador norteamericano Jeffrey Steinberg, en asunto tan reprobable y detestado como el tráfico de drogas.

Si bien en determinados puntos, puede carecer de rigor histórico, -pasajero- quizás sea sugerente, por otra parte, considerar con remarcado escepticismo, gran parte de las graves acusaciones sostenidas por el Sr. Steinberg , las cuales, personalmente, me resisto a dar crédito ante la ausencia de irrefutables pruebas (tal vez reservadas por el “denunciante” -?-) y sólo fundamentadas en lazos familiares, en la mayoría de los casos.

Como quiera que el contenido del artículo, con los personajes que se citan en el libro, puede resultar extenso, dejaré para posterior ocasión transcribirlo, dependiendo compruebe si existe o nó interés en su seguimiento.

Saludos.

1 comentario:

  1. ¡Qué alegría encontrarte! De antemano te doy las gracias por toda la información que seguro nos aportarás. ¡Mucho ánimo!
    PD. Enlazo este blog en Cronocracia, tu otro blog.

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