viernes, 31 de agosto de 2012

DIAS DE ASUETO, PERSONAJES, ETC

La dureza del trabajo en la Mina, tenía días de merecida distensión y muestra de ello, lo destacaba la prensa provincial, dando cuenta de las representaciones en el teatro local de zarzuelas de tanta actualidad, en 1902, como “La Tempestad”, dirigida por José Lacarré que con la actuación de Angelina Siébana de Gay, el Sr. Musín y la brillante ejecución musical llevada a cabo por D. Manuel del Castillo fueron extraordinariamente celebradas.
En la colonia inglesa se jugaron, en los primeros días de Marzo, partidos mixtos de criket, deporte no tan conocido en Rio Tinto como ha sido el futbol, ignorando el motivo de su no continuación ya que, al menos, queda el recuerdo gráfico de algún encuentro que tuvo lugar, hacia 1950/51 aproximadamente, en el campo de futbol de El Valle.
Otro de los personajes que llegó a la Mina, en el verano de 1901, fue el Rvd. John Jameson, Pastor de la Iglesia Presbiteriana Escocesa contratado por la RTCL el 13 de Junio de dicho año. Incorporado a la plantilla de la Compañía para prestar  servicios religiosos a la comunidad inglesa, sería uno de tantos capellanes como por allí pasaron, pero cuya labor no se limitó a ejercerla, específicamente, para lo que en principio se le requirió.
Residente en Madrid, desde 1869, se ocupó activamente de la misión que le había sido encomendada por la Sociedad Bíblica Escocesa, alternándola con la difusión de la doctrina evangélica y oficiando en las iglesias protestantes de la Ciudad, lugar en el que  permaneció hasta 1894 y donde, ya casado con la escocesa Marianne Alexa, nacieron 4 de sus 5 hijos, 2 de los cuales, de corta edad, fallecieron siendo sepultados en el Cementerio Británico de Carabanchel.
A los pocos meses de llegar a Rio Tinto y viviendo con su esposa en el Nº 14 de Bella Vista, ella falleció el 2 de Febrero de 1902, siendo trasladado su cadáver al Cementerio de San Sebastian, en Huelva. Nunca hemos podido saber como, disponiendo la Compañía de propio Cementerio en Rio Tinto, en el que anteriormente a dicha fecha eran sepultados los súbditos británicos fallecidos en la Mina, se diesen casos de traslados, aunque hemos oído diferentes versiones acerca de ello,  quedan tan lejanas a los propios sucesos en sí que, en todo caso, son poco convincentes.
Volviendo a las habituales ocupaciones del Rvd. Jameson, hemos de significar ya fuese por su dominio del castellano y su disponibilidad, al margen de la administración de los servicios religiosos, la Compañía le encomendó la supervisión de las Escuelas nombrándole Inspector ó su equivalencia, como Jefe de todas las que tenía establecidas en Rio Tinto y Barriadas próximas, cargo que ejerció hasta 1914 cuando la Compañía estimó conveniente para sus intereses cambiar la política docente en sus Centros trocando la enseñanza de tendencia protestante por la Católica Romana. Por consiguiente, fue relevado de sus deberes en dicho campo siendo sustituido por el católico apostólico, Richard Sutherland Low.-

NUEVO ALCALDE Y REY ADULTO

                                           
Haciendo un seguimiento de lo anteriormente narrado, es fácil deducir que el rio Tinto continuaba su discurrir, no sólo con sus singulares y rojizas aguas si no, también, describiendo en las orillas del  sinuoso curso, parte de la historia desarrollada, precisamente, en los lugares de su nacimiento natural. De tal forma que la Cuenca fue siempre sensible a su recorrido, afianzando con férreas vías, el acompañamiento que desde 1875 no le abandonaría ya, entrado el siglo XX, hasta  despedirle,  por su unión con el Odiel, en fraterno abrazo, compartiéndolo con las saladas aguas de la ría onubense.
Un  cúmulo de anécdotas, sucesos más o menos sonados, encantos y desencantos, ilusiones y todo lo contrario, de los cuales iban a ser protagonistas quienes en las repetidas orillas se asentaban en poblaciones, aldeas y caseríos,  estaban llamados a escribir con sus actos, la propia historia, en la cual, el papel del rio se limitaba a ser silencioso testigo del que únicamente se escucharía tenue ó elevado rumor, según si se permanecía más o menos cerca de él.
Adentrado, pues, en los primeros años del citado siglo, se hacía público la designación. en aquel 1902, del Alcalde Constitucional de Minas de Rio Tinto que recayó en D. Román Marín Huertavieja, autoridad de quien poca cosa conocemos al no habernos podido emplear, por falta de tiempo, en su trayectoria como gestor del Municipio.
No obstante, repercusión nacional y, por tanto con incidencia en las Minas, fue el reconocimiento de mayoría de edad, el 17 de Mayo de 1902, del Rey D. Alfonso XIII (Nació el 17 de Mayo de 1886) personaje bajo cuyo reinado tantas cosas –no muy gratas- se registraron en Rio Tinto, sin que con ello queramos decir tuvo implicaciones directas. Nunca visitó las Minas, como contrariamente lo hizo su padre, Alfonso XII,  el 2 de Marzo de 1882. Bien es cierto que se le esperó, cuando con ocasión del 4º Centenario, visitó, acompañado por su madre, la Reina Regente y sus hermanas, la ciudad de Huelva.
También, en aquella ocasión, el Presidente de la Compañía, Mr. Matheson, invitó a la familia real a girar visita a Rio Tinto (Nos consta por la fotocopia de la carta manuscrita que dicho Sr. cursó a Palacio el 5 de Agosto de 1892) pero entonces, aún permanecían rescoldos de los sucesos de 1888 y la Regente, por mediación del Jefe Superior de Palacio, Duque de Medina Sidonia, rehusó la invitación. (Así mismo, conservamos fotocopia de la referida comunicación)
Personalmente, siempre he creído que el célebre Salón del Maharajah, reliquia ferroviaria expuesta en el Museo Minero de RT, tal vez fuese fabricado para que viajase en él la Reina Victoria de Inglaterra (historia que dudo por muchas razones) pero, de fijo, se reservó por si la familia real española hubiese aceptado la mencionada visita.

jueves, 30 de agosto de 2012

RIO TINTO, 1901 (CONTINUACION)

 Incontenibles sentimientos, muy arraigados en la Colonia británica de Rio Tinto, no pudieron ser contenidos, aflorando en el mismo día (22 DE Enero) que, por telégrafo, se conoció la luctuosa noticia del fallecimiento,  en Inglaterra,  de la Reina Victoria.
Las simpatías de admiración que había cosechado entre sus numerosos súbditos,  dispersos por todos los continentes, fueron constatados en  el Servicio de funeral religioso que le tributaron los empleados y familiares de la Compañía, en la Iglesia de Bella Vista,  a la que asistieron  en su integridad, siendo  oficiado por el Rdo. John Jeffrey
En otro orden de cosas y anécdotas acaecidas en RT, utilizamos la referencias que encontró, en sus consultas al periódico “La Provincia”, nuestro desaparecido amigo y compañero en la Oficina de Corta Atalaya, José Luis Dominguez Ramirez, en la que se daba cuenta de la intención gubernamental de gravar con un impuesto de 2 pesetas/ton la extracción de pirita ferrocobriza.
Creada una Comisión para defender la desproporción (?) de tal medida, sus componentes sostenían la convicción,de errónea interpretación en las esferas del Gobierno, por llegar a legislar sin una suficiente información sobre las propiedades de los minerales a los que afectaba el impuesto. A tales propósitos,  marchó a Madrid una nutrida representación de las diferentes Compañías mineras que operaban en la Provincia onubense, tales como, Compañía de Tharsis;  Huelva Central Cooper; Sociedad de Piritas de Huelva, S.A; Minas de San Pedro y Compañía de Buitrón. La delegación de Rio Tinto la componían, D. Guillermo Carlyle y D. José Elías Serrano.
Al parecer, dicha Comisión regresaba con resultados muy favorables a sus tesis e,  igualmente reconocida,  a la extraordinaria acogida dispensada por los Sres. Allende Salazar y Sitges, Ministro de Hacienda y Director Gral de Aduanas, respectivamente, una vez oídos los “razonables argumentos” esgrimidos por los comparecientes a quienes les preocupaba que semejante injusticia conllevara, como inevitable consecuencia, el despedir a gran numero de trabajadores.
Esas conclusiones siempre, siempre, fueron muy esgrimidas en infinidad de ocasiones, produciendo resultados contundentes difíciles de no ser contemplados.

NUEVO AÑO, NUEVO HORARIO...RIO TINTO (1901)

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·         No podemos imaginar, con nuestra actual mentalidad, cómo debió ser la celebración del Año Nuevo que, de entrada y a partir del primer día de Enero, ajustaba el horario nacional a lo marcado por el Meridiano de Greenwich. En Rio Tinto, los grandes relojes de que estaban dotadas las estaciones del ferrocarril, departamentos y demás  dependencias de la Compañía,  fueron ajustados a la normativa que habrían de ser cumplidas, sin excusa y con milimétrica precisión.
·         Pasado algo más de un siglo, no sería desacertado elaborar un cuadro que, aún con rebuscadas ideas  y torpe mano, nos permitiesen  esbozar un panorama acorde con la época, siempre ayudados, ¡cómo no¡ por ese manantial de sabiduría del que nuestros antepasados nos permitieron beber.
·         La mayoría de la población trabajadora, en cuanto a carencias y comodidades personales, distaba mucho de ser similar a la evolución social conseguida por esta otra sociedad que le sucedió. Pecaríamos de petulancia el repetir muy  conocidas situaciones que vivieron antaño y refirieron a hijos y nietos,  seres que,  en muchos casos, podríamos calificar,  “redimieron” con penosos trabajos a estos últimos.
·        Tal vez, aunque lenta, esa “redención” fue compartido fruto con una educación escolar, algo distanciada del entorno más próximo a la población residente en las Minas,  consiguiendo sobreponerse al endémico y elevado índice de analfabetismo que azotaba a gran parte de la provincia. (El total de matriculación, en el semestre anterior, sumaba 1164 alumnos/as en las escuelas de la Compañía) No obstante, hubo jóvenes escolares que no pudieron terminar un ciclo completo de enseñanza porque debían aprestarse a trabajar para ayudar a las deficientes economías familiares. Los libros de la Compañía, siempre precisos en sus anotaciones, registraron numerosos casos como los señalados.

·        Pero además, en el país se arrastraba aún, con sabor agridulce, la pasada tragedia del desastre colonial de 1898 y, de vez en vez, aparecían en la escasa prensa que circulaba en Rio Tinto, noticias como las recompensas otorgada por el Gobierno, concediendo la Cruz Laureada de San Fernando, por sus actuaciones en Filipinas, al Tte. Martín Cerezo y al Capitán Las Morenas. Sin duda merecidísimas condecoraciones, pero que avivaban aletargados y tristes sentimientos, de forma generalizada.

martes, 28 de agosto de 2012

1900 -CONTINUACION-

La citada Ley que firmaba D. Eduardo Dato –Presidente del Consejo de Ministros- y refrendaba la Reina Regente, vendría a engrosar el volumen de asuntos considerados por la Rio Tinto Co.,  de “relativo cumplimiento” y conocedora, mediante sus Servicios Jurídicos, de que ya en 1873 vió luz una norma, también plasmada en Ley de 24 de julio del mismo año, sentando el precedente de prohibir el trabajo a menores de 10 años y mujeres.
Si esta última fue de obligado cumplimiento….¿Para qué dictar otra similar?. Quizás no sea irracional pensar, que tanto la primera como igualmente la segunda, poco acatamiento tuvieron en las Minas de Rio Tinto, quedando, ¡eso, sí¡ cuidadosamente encuadernadas y archivadas en aquellas estanterías, que conocimos personalmente, en el depósito/archivo que ardió, hace unos años, situado a continuación del  conocido hoy, bar-restaurante  “La Fábrica”. (Lamentable incendio con el que, al parecer,  el fuego consumió la extraordinaria colección de la Gaceta de Madrid que, desde la fundación de la RTCL allí se conservaba e incluso, continuó en su nueva versión del BOE. ¡Una pérdida más que añadir a tantas como ha padecido el pueblo de RT¡
No escatimó noticias, dignas de comentar, el año 1900. Otra de ellas se produjo en el escalafón superior de la Compañía con el nombramiento de nuevo Director Gral para las Minas que recayó en el canadiense, William Arthur Carlyle. Como muchos de los que por allí pasaron, poco o nada se conocía de él: Nacido en Hamilton, Ontario, (Canadá) llegaba para desempeñar el importante puesto para el que había sido designado por el Consejo de Administración, contando 38 años  y había nacido el 31 de Marzo de 1862. Su formación con el título de Ingeniero de Minas y Metalurgia, lo obtuvo en la Universidad McGIll (Fundada en Montreal –Quebec- en 1821) Estaba casado desde 1894 con Helen Muirhead Spier, -canadiense- de cuyo matrimonio les nacieron los hijos, Arthur William y Kathleen.
Al reconocer la carencia de conocimientos, más amplios  sobre su personalidad, sólo había que esperar al inmediato comienzo de su gestión, dando tiempo entonces, a considerar el contenido del dicho: “!Te vás a enterar de lo que vale un peine¡” para asumir la dureza de su idiosincrasia.

PORTICO DEL NUEVO SIGLO -1900-


En la apertura del pórtico del nuevo siglo, se apreciaban novedades en Rio Tinto que habrían de afectar a su comunidad de manera muy directa.
Confirmados quedaron los  rumores acerca de la marcha de aquel detestado Director de la Compañía que había tenido, con su intransigente actitud, gran parte de culpa en los sucesos de 1888. Así que, Mr. William Rich,  causaba baja en el servicio a la Empresa el 11 de Abril del presente 1900. Una vez más, se cumplía el dicho de: “Voz del pueblo, voz de Dios”.
Nunca será certero concluir, si la “pacificación que disfrutó la zona” desde el 4 de Febrero de 1888 hasta los conatos huelguísticos que comenzaron a sucederse en la primavera del repetido 1900 fueron  frutos de la tremenda represión, ejercida por el Regimiento de Pavía en la Plaza de la Constitución, ó contrariamente, deducir que la influencia de los Sindicatos emergentes comenzaban a incidir, eficazmente, en las bases laborales provocando la inestabilidad social, aparejada por lo general, a los plantes obreros.
Como es sabido, el 12 de Agosto de 1888 lo que devino a ser el Partido Socialista, celebró en Tallers (Barcelona)  su Primer Congreso al que asistieron 29 delegados y, entre ellos, quien sería su principal dirigente, Pablo Iglesias Posse, en tanto que en Junio de 1870, en el circo de la misma ciudad, inauguraba su Congreso, Rafael Varga Pellicer, bajo las siglas de  FTRE (Federación de los Trabajadores de la Región Española) antecesora de la CNT, dada a conocer en 1910,  como  versión más moderna de ésta organización.
La progresión de ambas fue amplia y, aunque no reconocidas por el Gobierno de la Monarquía, la aceptación de sus doctrinas prendieron con facilidad en la masa obrera de Rio Tinto. La introducción por la Compañía de máquinas perforadoras y, consecuentemente, reducir los empleos de barreneros, unido a las solicitudes por estos de mejoras salariales, no atendidas por la Empresa, promovieron un conflicto de huelga, en Junio de 1900, que comenzó en el Departamento de Filón Norte extendiéndose a las Cortas inmediatas.Tanto las autoridades civiles, como los administradores de la misma RTCL, asumieron que había finalizado el período de “sosiego” laboral. Por tanto, “los poderes tradicionales” no sabiendo ó pudiendo recurrir a distintas fórmulas de apaciguamiento, acudieron a los procedimientos que antaño dieron tan excelentes resultados. De acuerdo con esto último, a mediados de Junio marchó a Huelva, desde Sevilla, (según relata el periódico La Provincia) parte del Regimiento de Infantería, Granada 34, al mando de su Tte. Coronel. D. José R. Hiniesta, en tanto que gran contingente de la Gª Civil, de servicio en la provincia, se concentraba en las Minas.
La parcialidad del periódico citado, minimizaba la protesta sin evitar publicar los desperfectos sufridos en el Pozo Victoria, achacándolo a la intencionalidad de la parte obrera. Hacia final de mes, reconocía, no obstante, la finalización de la huelga cuando la Compañía, se avino a satisfacer económicamente una cantidad similar a las solicitadas por el personal y las fuerzas volvían a sus acuartelamientos.

viernes, 24 de agosto de 2012

DESEADA DIMISION (AÑO 1899)

                                        DESEADA DIMISION (AÑO 1899)

Esperando queden atrás los tórridos días de este avanzado verano, confiamos  marche “la caló”,  haciéndonos deudores de actividades y costumbres que se vieron relajadas por las insufribles temperaturas.
Ilusionados, además,  porque el paso de las mismas sea menos riguroso, anima a retomar, entre otras cosas, situaciones y recuerdos que habíamos detenido a la espera de una mejora climática.

Por tanto,  este blog que sólo pretende unir piezas de inacabado puzler, cuyos pequeños trozos quizás configuren parte de la historia de Rio Tinto, se incorpora a su modestísimo relato, colocando pieza tras pieza del mismo, a veces, recurriendo a temas inherentes a la ciudadanía española en general, pero que subsumidos en ella, forman parte de  la comunidad minera de RT.

Así, aparcada –que no olvidada- la tragedia que supuso. el año anterior, la pérdida de los territorios caribeños y las Filipinas (1898) la sociedad española hubo de encarar, de nuevo, con amargura y rabia contenida, el Convenio de París de 1899 por el cual se vendían a Alemania las islas Marianas, Carolinas y Palaos por la suma de 17 millones de marcos, equivalentes a 25 millones de pesetas.
Tan dolorosa decisión fue propuesta por D. Francisco Silvela, Presidente del Consejo de Ministros y  refrendada por la Reina Regente, Dª María Cristina. (Gaceta de Madrid 164, pag. 905 de 13.6.1899).

robablemente, estas “decisiones ó asuntos de altura” no eran importantes para quienes, diariamente,laboraban en las profundidades de la mina a fin de obtener un salario, normalmente insuficiente, que allegar a sus familias. Más cercano a sus sentimientos, tal vez, prevaleciese un poso de tranquilidad al entender que a los posibles quintos, reclutados para el Ejército, al menos, no les tocaría marchar de guarnición a tan lejanos lugares
Más aún, el transcurso del tiempo que suele aliviar y hasta cauterizar heridas  de cuerpo y alma, desviando dolencias y relegándolas a motivaciones de más actualidad, era palpable que estas últimas iban sustituyendo a las anteriores,  ciertamente cruentas..
Por ejemplo, bálsamo para las innumerables preocupaciones,  pudieron ser las actuaciones realizadas en el teatro de La Rinconada (RT)  por la Compañía  de Zarzuelas que dirigían los Sres. Lorente y Lacarré y que más adentrado el verano de aquél 1899,  con el que finalizaba el siglo, pulía su arte escénico la Sta. Teresa Bordás procedente del Teatro “El Dorado” de Madrid.
Avanzaba el invierno y, trajo en su Navidad el agraciar con un premio de la tradicional lotería al entonces Alcalde, D. Bernabé Wert que había repartido participaciones entre el Director del circo, y personal artísitico, que a la sazón estaba instalado en Rio Tinto.
Pero los comentarios de aquel mes, final de año, que circulaba en Casinos, tabernas, trenes mineros, mercado de abastos, fuentes públicas y lavaderos, los acaparaba el rumor, propagado por… “la gente”, donde se aseguraba que Mr. William Rich, Director de las Minas, desde aquel aciago Año de los Tiros, había presentado su dimisión al Consejo y se esperaba marchase del distrito en fechas próximas.  
Si la rumorología era veraz, aquel Ingeniero de Redruth, cuya soberbia e incapacidad para escuchar los moderados consejos de su compatriota Mr. Osborn, que desataron la horrenda masacre, sería despedido con desprecio y  arrastrando el odio de una población que jamás olvidaría su reprobable protagonismo en los luctuosos sucesos.