lunes, 2 de julio de 2012

-Cont- INICIOS DE LA COLONIA (XXIX)


 Tras el normal funcionamiento del ferrocarril y muelle, la Compañía se planteó la necesidad de dar acomodo a los técnicos y obreros  en la Mina,  con la construcción de  viviendas  que erradicaran la escasez de ellas y, en gran parte, sustituyesen las chozas y cuevas del entorno minero.

El año 1879 fue testigo de la marcha de quien , hasta entonces,  había sido Director General de la Compañía en España, Mr. Mark Carr, que tenía fijada su residencia en Huelva desde 1873 siendo  contratado para cubrir su vacante Mr, Charles T. Prebble.
La propuesta de este último, elevada al Consejo, a fin de  construir la Casa del Director en los amplios escoriales  al sur-oeste del Cementerio Protestante ,que ya era conocido desde años antes, fue aprobada en Londres, dando comienzo las obras en 1882/83 e, igualmente, por aquellos años, se erigieron en diferentes puntos de la Mina, como fueron casi toda la hilera de  la calle Mendez Nuñez, en el mismo pueblo, así como Marin, La Naya, San Dionisio, etc. pero Prebble, imbuido de una idea muy en consonancia con la estructura imperial de los establecimientos coloniales del siglo, tan populares en los territorios británicos de ultamar, no abandonó el proyecto de agrupar a todos sus compatriotas en un enclave próximo, a la que vendría a ser la residencia habitual del dirigente principal de la comunidad y cabeza del negocio en España. (la Casa de Consejo ó, más vulgarmente conocida, Casa Grande)

Aunque el arquitecto M. González Vilches nos permite conocer, (gracias a su trabajo ya citado anteriormente), el costo de las primeras casas para personal obrero, erigidas  en Alto Mesa, que Matheson presupuestaba en £25 –con 42,10 M2 construidos- y otras algo más amplias que suponían £30 y 40/unidad que, aún hoy,  podemos contemplar en Alto Mesa (calle Ancha).
 Sin embargo, desconocemos el costo de las construidas en Bella Vista, aunque confiamos disponer más adelante de este dato. en el supuesto que investigadores puestos a la labor precisen este detalle.

Lo que sí tenemos claro es que Mr. Matheson. al autorizar el tipo de vivienda para los trabajadores, no se paró a comparar los Mts2 que destinaba a sus casas con la que él mismo vivía en Hampstead, ni mucho menos en discurrir en algo intermedio entre aquellas y las que
ocuparían los directivos en Bella Vista.


Por otra parte, la Casa de Consejo ,cuyas arruinadas estancias, hoy,  (dicen que el edificio ha sido donado a la Universidad de Huelva) y abandonados jardines, fueron mudos testigos de cruciales asuntos para Rio Tinto y alojaron a personalidades de significativo rango, fue la emblemática mansión que otrora albergara soberbias voluntades y silenciados acuerdos.

Su primer inquilino, llamado a disfrutar las comodidades que la casa colonial podía prestar, no fue ajeno a las desgracias que palacios y chozas infieren a quienes bajo ellos se cobijan y así Mr. Prebble, al poco de habitar las lujosas habitaciones, ó a la espera de su finalización en otro lugar, junto con su familia, hubo de soportar la pérdida de su esposa, Lucy Elizabeth, que en Enero de 1883 falleció y su cadáver trasladado al cementerio protestante de Huelva. Desafortunadamente, no tardaría en seguir ese trágico destino, Agnes Waedt, joven hija del mismo Director. Reposa al lado de su madre en el mismo cementerio.  (Tumbas 64 y 65)

No hay comentarios:

Publicar un comentario