domingo, 13 de enero de 2013

CAPILLA PRESBITERIANA (11)

                                                                                                                     
Aquellas escuelas que ocupaban lugar preferente en los sentimientos de Jameson, le serían con el tiempo, causa también de tristeza.
Cuando en 1914 estaba más afianzado el ideario de enseñanza en ellas, cuya semilla sembró el evangelista Mr. Bain, pocos años antes de que el Presidente de la Compañía  Mr. Matheson,  decidiese implantarlas en las Minas y Huelva, habían arraigado, al transcurrir los años, en gran parte de la población pero, no obstante, se intuían cambios de incierto porvenir.

Muerto Matheson que había impregnado de paternalismo personal ó filosofía propia los asuntos de la Mina,  secundado por los Directores bajo su mandato, estos comenzaban a ser llevados con menos indulgencia (si alguna vez la hubo) y más pragmatismo por los sucesivos Directores.
Bien es cierto que, ante la expansión protestante, la inquietud del clero católico hacia una contraria doctrina fue tomada muy en serio y, su tradicional influencia en todas las capas de la sociedad española donde era indiscutible su liderazgo, se dejaría sentir.

Es necesario introducir en el citado contexto, la llegada del nuevo Director de la Compañía en 1908; Mr. Browning (ya citado anteriormente) personaje que tomaría e impondría sus decisiones en todo negocio relacionado con la explotación y, por supuesto, intervenir muy activamente –como así sucedió- en el panorama social
Al siguiente año del comienzo de su gestión, ordenó (no sabemos precisar si fue motivada a presiones de índole religiosa ó aprovechada para reducir costes) la clausura de las Escuelas dependientes de la Empresa en Huelva. Era la primavera de 1909.
No sería desacertado pensar que la tajante disposición la adoptó para no abrir un frente de confrontación, inútil para los vitales intereses mineros que pudiesen “distraer” atención del mismo. Pero como bola de nieve lanzada de alta cúspide, la cuestión de las Escuelas protestantes de la Compañía había comenzado a rodar.
A más, quizá sea racional suponer que pudo actuar de ariete la toma de posición en dicho asunto del influyente Arcipreste de Huelva, González García, que a fin de contrarrestar el avance evangelista, fundó las Escuelas del Sagrado Corazón por aquellas fechas.

Pasados pocos años, pero dentro de similar contexto, fue promovido en 1914, a Jefe de la Agencia de Trabajo (Oficina de personal de la Cía,.que entendía no sólo en la contratación de trabajadores, sus viviendas y todo lo relacionado laboral y socialmente con ellos) Mr. Richard Sutherland Low, católico practicante, cuyo cometido, además de lo ya expresado, vendría a ser, ejecutora mano derecha del Director, Browning.
Dado a favorecer la causa católica-romana y previendo llegase a Nerva una comunidad de monjas de la Caridad,  para atender a hijos de los numerosos obreros de dicho municipio, comenzó una campaña para sustituir al profesorado de las Escuelas protestantes por los de católica confesión.
Hacia 1917 los propósitos de Mr. Low debieron estar tan elaborados que la Dirección valoró la propuesta del cambio religioso aprovechándola a su vez para sutilmente venderla como propia limpieza de imagen, de cara a la galería, mostrando con ello su “condescendencia con las peticiones populares”   

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