jueves, 5 de julio de 2012

AVANCE DE LOS TRABAJOS ( XXXVII)


Avanzaba el trabajo minero, además de Filón Sur,  donde en los diez años comprendidos entre 1874 y 1883 ya se habían extraído 1.405.254 Tons de mineral por el interior, alcanzando los 5.097.460 en corta. En la masa San Dionisio y Filón Norte, aún sin pleno rendimiento, se obtuvieron 161.314 Tons y 325.334 respectivamente.

La ampliación y dispersión de los tajos requerían, lógicamente, un aumento de personal cualificado y mano de obra necesaria en las labores propias de la Mina y los servicios auxiliares inherentes a ella.
Ateniéndonos al estudio del Prof. Gil Varón (“Minería y Migraciones, Rio Tinto, 1873 a 1973”, pag.110, es significativo el número de personas empleadas en los trabajos de inicio, que fija en 1110,  en tanto que para 1883 registra 3217

En fecha tan cercana a la última anterior, (15 de Marzo de 1884) tenemos fotocopia, firmada, por cada británico -y eran 72 entonces-, donde de forma colectiva, pedían a Londres una reducción en su jornada de trabajo y, este dato, confirma el número total del cual se componía el staff extranjero de la Compañía. Como ya se apuntó, algunos viviendo en distintos lugares del exterior de Bella Vista, incluso otros pocos, llegados desde Huelva para la firma del documento.
No obstante, el término medio de familias residentes de la colonia, durante todos los años de permanencia en ella, no está lejos de 55/60 sin incluir los destinos de Huelva.

En la medida que se iban ocupando las casas de Bella Vista, el desarrollo de la sociedad allí asentada, sin perder los vínculos con los compatriotas del entorno, coincidían no sólo en el trabajo sino, principalmente en el Club, que se habilitó en el construido, provisionalmente de madera, que ya se citó anteriormente. Era el lugar donde, cada domingo, coincidían casi todas las familias para asistir al servicio religioso que impartía el primer Capellán que contrató la Compañía para la asistencia espiritual de la comunidad.
Como no podía ser de otra manera, Mr. Matheson, ferviente presbiteriano y “elder” de la Iglesia Presbiteriana Escocesa, entabló negociaciones con las autoridades religiosas de dicha confesión, logrando que el Rvd. David MacDonald fuese destinado a Rio Tinto.

Desde 1883 y con escasos intervalos de ausencia, varios capellanes e incluso el mismo Matheson, cuando de visita se encontraba en Rio Tinto, aprovechó para predicar a una concurrida feligresía que escuchaba, suponemos, “con atenta devoción” las pláticas de tan preocupado pastor, esforzándose en encomendar a su rebaño al Cielo y, de pasada, insistir en los beneficios de ser abstemios, como él lo era, para contener las tentaciones de la carne y la bebida.

(Rvd. Jack.- B.V. 1926)


En muchos casos, no prendieron demasiado sus recomendaciones pues algunos de quienes, posiblemente escuchaban sus sermones, fueron despedidos por “drunkenness”, en cuanto a morales comportamientos de otro tipo, aquél colectivo no estaba alejado con sus hipócritas convicciones victorianas de la ultramontana sociedad española de la misma época, reflejada en “Pequeñeces” por el P. Luis Coloma.

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