viernes, 31 de agosto de 2012

NUEVO ALCALDE Y REY ADULTO

                                           
Haciendo un seguimiento de lo anteriormente narrado, es fácil deducir que el rio Tinto continuaba su discurrir, no sólo con sus singulares y rojizas aguas si no, también, describiendo en las orillas del  sinuoso curso, parte de la historia desarrollada, precisamente, en los lugares de su nacimiento natural. De tal forma que la Cuenca fue siempre sensible a su recorrido, afianzando con férreas vías, el acompañamiento que desde 1875 no le abandonaría ya, entrado el siglo XX, hasta  despedirle,  por su unión con el Odiel, en fraterno abrazo, compartiéndolo con las saladas aguas de la ría onubense.
Un  cúmulo de anécdotas, sucesos más o menos sonados, encantos y desencantos, ilusiones y todo lo contrario, de los cuales iban a ser protagonistas quienes en las repetidas orillas se asentaban en poblaciones, aldeas y caseríos,  estaban llamados a escribir con sus actos, la propia historia, en la cual, el papel del rio se limitaba a ser silencioso testigo del que únicamente se escucharía tenue ó elevado rumor, según si se permanecía más o menos cerca de él.
Adentrado, pues, en los primeros años del citado siglo, se hacía público la designación. en aquel 1902, del Alcalde Constitucional de Minas de Rio Tinto que recayó en D. Román Marín Huertavieja, autoridad de quien poca cosa conocemos al no habernos podido emplear, por falta de tiempo, en su trayectoria como gestor del Municipio.
No obstante, repercusión nacional y, por tanto con incidencia en las Minas, fue el reconocimiento de mayoría de edad, el 17 de Mayo de 1902, del Rey D. Alfonso XIII (Nació el 17 de Mayo de 1886) personaje bajo cuyo reinado tantas cosas –no muy gratas- se registraron en Rio Tinto, sin que con ello queramos decir tuvo implicaciones directas. Nunca visitó las Minas, como contrariamente lo hizo su padre, Alfonso XII,  el 2 de Marzo de 1882. Bien es cierto que se le esperó, cuando con ocasión del 4º Centenario, visitó, acompañado por su madre, la Reina Regente y sus hermanas, la ciudad de Huelva.
También, en aquella ocasión, el Presidente de la Compañía, Mr. Matheson, invitó a la familia real a girar visita a Rio Tinto (Nos consta por la fotocopia de la carta manuscrita que dicho Sr. cursó a Palacio el 5 de Agosto de 1892) pero entonces, aún permanecían rescoldos de los sucesos de 1888 y la Regente, por mediación del Jefe Superior de Palacio, Duque de Medina Sidonia, rehusó la invitación. (Así mismo, conservamos fotocopia de la referida comunicación)
Personalmente, siempre he creído que el célebre Salón del Maharajah, reliquia ferroviaria expuesta en el Museo Minero de RT, tal vez fuese fabricado para que viajase en él la Reina Victoria de Inglaterra (historia que dudo por muchas razones) pero, de fijo, se reservó por si la familia real española hubiese aceptado la mencionada visita.

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