Para situarnos en el lugar donde sucedió el terrible
crimen, hay que hacerlo en la mina “La Poderosa ”, explotación de mineral ferrocobrizo,
similar –a nuestro entender y escasa experiencia- a los productos que tanto se
daban en la franja pirítica de la zona y enclavada en el término municipal de Zalamea la Real , matriz de la que se separaría, muy
posteriormente (1931) el actual pueblo de El Campillo.
El perímetro minero estaba constituído por los
filones, San Bernardo (extracción a cielo abierto) y San Valentin (subterraneo)
cuya propiedad ostentó, desde 1904
a 1924, The United Alkali Co., Ltd. y, según referencias
confirmadas por historiadores de la minería, (Juan M. Pérez López y Emilio
Romero Macias) la producción ascendió en el período comprendido 1864 a 1924 a 607.000 Tons de
mineral.
Si bien no como sus gigantescas hermanas, Tharsis ó
Rio Tinto, aquel paraje llegó a contar, aproximadamente, con unos 441
trabajadores y entre 30/45 casas (según estimación de Perejil Delay; pags.63-64 de su trabajo “Catálogo de
Poblaciones Mineras”) habitadas en parte, por
obreros ocupados en los trabajos propios de la mina, en tanto otros, se
domiciliaban en la Aldea
de El Campillo en el repetido año 1908.
Justo, entonces, ejercía de Director de la empresa, el
ya mencionado J.E.Haworth, Ingeniero inglés de 27 años de edad, natural de la
ciudad de Burnley (Condado de Lancashire) víctima del atentado perpetrado por
el solicitante de empleo, Daniel Rodriguez García, cuyos antecedentes
personales ignoramos, pero que, en definitiva fue el agresor, el 24 de
Septiembre del citado año.
El suceso tuvo repercusión en la prensa, como puede
ser comprobado en “La
Correespon dencia de España”, “ABC” –edición de Sevilla-, “La Provincia ” etc. entre
los días 25 y 26 de aquel Septiembre. En tanto precisaban los dos primeros, el
lugar y término real del episodio, Zalamea,
no se acierta a comprender cómo detalle tan importante lo silenció “La Provincia ”….así, la
incógnita permanece con cierto malestar y extrañándose que el periódico, genuino
de Huelva, olvidase dar protagonismo a
uno de sus importantes pueblos.
No fue el caso de los otros dos, (uno de ellos
procuraremos insertar). Puede que el diario onubense pretendiese ahorrar
espacio y como contraprestación el artículo, le ocupase ½ página, dividida en 4 apartados y un añadido.
Ciertamente, este suceso relatado por el diario, fue mucho más amplio y, por la
misma razón de economía aquí, recomendamos lectura de Hemeroteca.
Podríase resumir este desgraciado incidente, como
consecuencia de la violenta reacción de un individuo solicitando trabajo que,
con más o menos justificación se le
negaba, llevándole a la desesperación y analogía a la que millones de españoles
padecen en la actualidad y para concluir que, inexorablemente, la Historia se repite
siempre, cuando nadie parece acordarse de ella, y sus inevitables
consecuencias.
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